2 frases que inspiran a los marketeros sin miedo

Entre jefes y equipos, estamos atrapados en un enigma.Los jefes le dicen a sus equipos: ¡Quiero ver más creatividad! Más innovación! ¿Dónde están todas las grandes ideas? ¡Nuestra competencia nos está matando! Los equipos dicen: ¡Les traigo grandes ideas cinco veces al día! Y todo lo que escuché es que no tenemos el presupuesto, no somos ese tipo de empresa, lo que vendemos es diferente, o esto nunca funcionará .Es difícil no tener miedo cuando los especialistas en marketing de ambos lados de la ecuación terminan incumpliendo el mismo trabajo de status quo que siempre hemos hecho. El mismo enfoque para las campañas. El mismo enfoque al contenido. Y el mismo enfoque para nutrir a los clientes. Se convierte en una lucha sin fin entre tratar deCuando comenzamos nuestras carreras, no podemos esperar para saltar. Estamos seguros de que vamos a tomar el mundo por sorpresa. Todos los días esperamos en la puerta de la oficina de nuestro jefe con una nueva y brillante idea. Obtener un sí en algo realmente único parece un juego de números. Al igual que en el béisbol, tenemos que balancear mucho para aumentar las posibilidades de obtener un golpe. Cuando tenemos esta edad, tenemos una gran tolerancia al riesgo y una gran tolerancia al rechazo.Compare eso con lo que somos como diez años en nuestras carreras. En este momento, hemos tomado nuestra parte de golpes y hematomas. Si bien aún somos optimistas, hemos aprendido a enviar indicadores antes de sugerir una idea loca. Es posible que enviemos un correo electrónico a un video alocado y mensajes cada seis meses.Luego llegamos a nuestros 40 años. En este momento, hemos invertido dos décadas en una carrera estable, y tenemos mucho que perder. En esta etapa, nuestro ritmo de lanzamiento de una nueva idea ha disminuido a una vez cada dos años más o menos. Pero incluso entonces, no vamos a pegar el cuello. Simplemente compartiremos una repetición de algo que ya se ha hecho. Algo seguro.¿Suena esto?No es que a nadie en marketing le falten ideas. Y no es que nuestras ideas sean malas. Es solo que nos hemos convencido el uno al otro de que los jefes no pueden reconocer grandes ideas y nuestros equipos no están dispuestos a ser creativos.Estamos atrapados en un círculo vicioso.

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